- Relax Pura desconexión a 30 minutos de Cataluña: cómo visitar estas aguas termales en plena naturaleza
- Comer Ni restaurante ni chiringuito: este verano en Barcelona están de moda las fiestas en casa con un menú desde 25 euros
- Escapadas Los 5 hoteles con spa más impresionantes de Cataluña: piscinas de ensueño y los mejores tratamientos
A menos de una hora de Barcelona, se encuentra un destino costero que combina historia, playas de aguas transparentes y un jardín botánico de ensueño. Este municipio, considerado la "puerta de la Costa Brava", ofrece diferentes experiencias en un entorno accesible, de gran belleza y que seguro te sorprenderá.
¿Cuál es el pueblo costero a menos de una hora de Barcelona con castillo y playas cristalinas?
Ese lugar es Blanes, localidad situada en la provincia de Girona, en el extremo sur de la Costa Brava. Conocida como el punto de partida oficial de esta costa, Blanes es un municipio de tradición marinera que ha sabido conservar su esencia a pesar del paso del tiempo. Su historia se remonta a época romana, cuando era conocido como 'Blandae', y desde entonces ha evolucionado como enclave comercial y pesquero. Hoy combina su pasado con una oferta turística que atrae tanto a visitantes locales como internacionales gracias a su ubicación estratégica, su ambiente relajado y su riqueza natural y cultural.
Cómo llegar a Blanes
Si estás en Barcelona, puedes llegar a este rincón de la Costa Brava de diferentes maneras:
- En tren (Rodalies R1): El trayecto dura aproximadamente 1 hora y media y el precio de los billetes ronda entre los 5 euros y 8 euros según tarifa. Las salidas frecuentes cubren estaciones como Sants, Plaça Catalunya, Arc de Triomf o El Clot-Aragó, y la estación de Blanes queda a escasos minutos a pie de la playa.
- En coche: 65 kilómetros que se recorren en alrededor de 50 a 60 minutos por autopista y carreteras comarcales. Ideal si prefieres flexibilidad.
- En autobús interurbano: También es posible, con trayectos alrededor de la hora y media, aunque es menos frecuente que el tren y puede resultar algo más lento.
Llegar hasta este encantador pueblo es fácil y rápido, lo que lo convierte en un destino ideal para una escapada veraniega.
Qué ver y hacer en Blanes
Blanes es mucho más que un destino de sol y playa. Entre sus principales atractivos destaca el Castillo de San Juan, una construcción del siglo XIII situada en lo alto del cerro que lleva su nombre. Aunque del castillo original apenas quedan algunos restos, su torre se ha conservado y ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la Costa Brava. En días despejados, incluso se puede distinguir la silueta de Barcelona en el horizonte. Es un lugar ideal para disfrutar de una caminata tranquila, contemplar el atardecer y disfrutar de las bonitas vistas.
Otro de los emblemas de Blanes es el Jardín Botánico Marimurtra, situado sobre los acantilados que caen al Mediterráneo. Este jardín, fundado por el empresario alemán Carl Faust a principios del siglo XX, alberga más de 4.000 especies vegetales procedentes de todo el mundo. Repartido en varios ambientes, desde vegetación tropical hasta cactus de zonas áridas, se trata de un espacio cuidado con mimo, que resulta un oasis sobre todo en los días más calurosos. Uno de sus puntos más fotografiados es el Templet de Linné, un mirador blanco con columnas que se asoma directamente al mar.
El centro urbano de Blanes también merece ser explorado. Su casco antiguo conserva un aire tradicional, con callejuelas que desembocan en plazas tranquilas, la iglesia gótica de Santa María y una oferta gastronómica basada en pescados frescos y productos de proximidad.
Las principales calas y playas alrededor de Blanes
Las playas y calas de Blanes son uno de sus grandes tesoros. A lo largo de su litoral se suceden rincones de gran belleza, algunos muy accesibles y otros algo más escondidos, pero todos con aguas limpias y un entorno cuidado.
Una de las más populares es la Cala de Sant Francesc, también conocida como Cala Bona. Es una playa pequeña, de arena dorada y aguas tranquilas, ideal para familias o para quienes buscan un baño relajado. Muy cerca se encuentra la Cala s'Agulla, rodeada de vegetación y algo más salvaje, perfecta para quienes quieren alejarse del bullicio.
Otra opción interesante es la Cala de Santa Anna, ubicada junto al puerto y con un carácter más urbano, pero igualmente acogedora. En el extremo opuesto, la Playa de S'Abanell es la más extensa de Blanes, con más de dos kilómetros de longitud y todos los servicios necesarios para pasar el día cómodamente.
Uno de los secretos mejor guardados es la Cala Sa Forcanera, accesible solo por mar o a través del Jardín Botánico Marimurtra. Su aislamiento le da un carácter casi privado, con aguas transparentes y un entorno que parece sacado de una postal. Por último, muy cerca del límite con Lloret de Mar, se encuentra la Playa de Treumal, una pequeña joya rodeada de pinos que ofrece un entorno natural y tranquilo, ideal para quienes buscan desconectar sin irse demasiado lejos.
Con su castillo en lo alto, sus calas de agua transparente y un jardín botánico que enamora, Blanes tiene todo lo necesario para una escapada inolvidable.